• Aunque resulta común que diarios, noticieros, cuentas de redes sociales e incluso autoridades relacionen el aumento de la delincuencia con la presencia de población migrante, especialmente venezolana. Sin embargo, las cifras consultadas indican una subrepresentación.
  • Pum Pum Data! conversó con Héctor Villa León, migrante venezolano y fundador del medio Cápsula Migrante, creado en pandemia para que la comunidad venezolana en Perú pueda informarse en un espacio seguro y libre de prejuicios.

Escribe Frank de la Cruz / Pum Pum Data!

“Ojalá nuestros asesinos asesinen a esos malditos”. Esta frase, que pareciera sacada de una serie violenta, es en realidad una declaración del congresista Edwin Martínez realizada durante el Pleno del Congreso, el pasado 10 de abril.

Las palabras de Martínez se dieron durante un debate sobre la creación de medidas para combatir la delincuencia extranjera en el Perú.

En el contexto de aumento de la criminalidad, no es la primera vez que se culpa a la comunidad extranjera de ello. Sin ir más lejos, en octubre del año pasado, la presidenta Boluarte culpó a la población venezolana por la inseguridad que se vive en el territorio nacional.

Pero, ¿es verdad que los migrantes venezolanos están detrás del aumento de la delincuencia?

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), para 2023, Perú contaba con aproximadamente 1.66 millones de migrantes venezolanos en su territorio. Lima metropolitana es el lugar con mayor población migrante, con el 69.6% de esta población (1,155,360 personas). Según la misma organización, para agosto del mismo año, los migrantes venezolanos representaban el 82% del total de migrantes en el país.

¿Qué dicen las cifras?

A pesar de contar con un número significativo de migrantes, su presencia en las cifras de delincuencia no llega al punto porcentual.

En 2022, el Ministerio Público y la OIM presentaron un informe donde se abordó la relación entre la percepción de inseguridad y la presencia de refugiados y migrantes en Lima. En este se destacó que, de las 387,937 denuncias por comisión de delitos en todo el territorio en el año 2019, solo 1,163 (0.3%) eran contra migrantes venezolanos. Además, en el año 2020, la cifra llegó a 1 241 denuncias, el 0.41% de las 299,514 denuncias por comisión de delitos a nivel nacional.

Héctor Villa León, periodista migrante en Perú y fundador del medio Cápsula Migrante, señala que la percepción de que el aumento de la migración implica aumento de criminalidad tiene mucho que ver con el tratamiento informativo que los medios le dieron al tema. Este se caracteriza por la omisión de ciertos datos, como la cantidad total de venezolanos respecto a la cantidad de delincuentes:

“El diario Ojo publicó un titular grandísimo que decía ‘ocho mil y tantos chamos vinculados en delitos, no es fantasía, son los datos’. Puedo entender que ese dato sea correcto: sí, son ocho mil ‘chamos’ que están metidos en delitos. Pero mira el contexto completo, ¿cuántos venezolanos hay en Perú? Un millón y medio, aproximadamente. ¿Eso te parece proporcional?”, destaca.

El contexto del que habla Héctor es algo que algunas organizaciones, como Rosa Luxemburgo, toman en cuenta para señalar que existe subrepresentación de delincuentes venezolanos en comparación a su proporción poblacional. Según esta organización, la población venezolana representa el 9% del total de Lima y Callao, pero las denuncias contra sus miembros se encuentran entre 0.6% y 0.7%.

Denuncias por tipos de delitos cometidos

Sumado a la no mención de la población completa, los titulares muestran a la delincuencia extranjera como una cuyo accionar es más violento o cruel. Nuevamente, los datos recopilados por OIM y el Ministerio Público señalan lo contrario.

En el caso de los delitos contra la vida, el cuerpo y la salud, para el año 2022, por cada 100 mil migrantes venezolanos, 23 fueron denunciados por estos delitos; para la población peruana, la cifra asciende a 132 por cada 100 mil habitantes. Además, en el año 2023, se contabilizó que, por cada 100 mil venezolanos, 6 se encontraban presos por homicidios, mientras que la cifra fue de 12 por cada 100 mil peruanos.

En cuanto a los delitos patrimoniales, que incluyen el delito de robo agravado, para abril de 2023, 98 de cada 100 mil venezolanos presentaba una denuncia por este tipo de delitos; mientras que la cifra nacional era de 412 por cada 100 mil peruanos. En el caso de internos penitenciarios por este tipo de delito, la cifra en migrantes venezolanos asciende a 95 por cada 100 mil, mientras que, en el caso de delincuentes peruanos es de 87.

En cuanto a delitos contra la libertad, incluyendo el delito de violación sexual, la cifra fue de 111 denuncias por cada 100 mil peruanos, frente a 18 por cada 100 venezolanos. Asimismo, del total de 37,especialmente venezolana346 denuncias por delitos contra la libertad en ese año, sólo 298 (0.8%) fueron en contra de migrantes venezolanos, marcando una disminución respecto al 2020 (1.5%).

¿Qué se puede hacer?

Héctor Villa señala que el tratamiento informativo respecto a los venezolanos ha empezado a cambiar. Debido al contexto de delincuencia, se ha empezado a utilizar el término “extranjero” en lugar de “venezolano”, aunque esto no implica que se haya dejado de relacionar a la comunidad venezolana con la delincuencia.

“Por ejemplo, el año 2023, cuando se hizo el proceso de amnistía para los venezolanos que tenían multa ante Migraciones, el superintendente de Migraciones fue a Latina, y allí estuvo hablando sobre cómo acceder a este beneficio, y la periodista que lo estaba entrevistando dijo: ‘ah, sí, superintendente, usted dice “extranjero”, pero sabemos que los extranjeros son los venezolanos’”, recuerda.

Héctor señala que este tipo de esfuerzos, aunque un tanto tardíos, son un avance en el tratamiento informativo respecto a la comunidad migrante venezolana. Sin embargo aún queda pendiente que los medios aborden el impacto positivo que puede tener el proceso de migración. No basta con que los medios cambien su tratamiento, pues este problema es institucional.

“Cuando hay una xenofobia institucionalizada y tienes un discurso de ese tipo que parte desde la Presidencia, yo creo que pueden darse escenarios como lo que ocurrió hace un par de semanas con lo que decía el congresista Edwin Martínez, quien expresó que era necesario “que nuestros delincuentes maten a sus delincuentes”. Refiriéndose a los venezolanos por la insinuación”, reflexiona.

Héctor señala que este escenario de hostilidad dificulta que la población migrante pueda tomar acciones concretas contra este estigma. Haría falta, sugiere, un plan político que se encargue de la situación venezolana:

“Creo que, quizás, se necesitaría una autoridad que no estigmatice a la población migrante. Eso pasó mucho también cuando Keiko y Castillo se enfrentaron en esa elección. Ahí sí: “los migrantes, pobrecitos”, “los venezolanos se vinieron”, “que no caiga el comunismo en Perú como cayó en Venezuela”, es un poco el discurso que hubo en ese momento”, indica Villa.

Aunque el tratamiento mediático de la delincuencia extranjera ha cambiado debido al aumento general de los delitos en Perú, el estigma sobre la población migrante, sobre todo venezolana, se mantiene.

La situación se agrava ante la ausencia de un plan político que se encargue de la migración extranjera, sumado a prejuicios desde los poderes estatales que resultan en propuestas de enfrentar a “nuestros delincuentes” contra “los suyos”.